A mi.. la liberación de la mujer no me convence

Consigue un trabajo que te haga independiente,
con un sueldo que te libere.
Demuestra que vales a ritmo masculino, con su mismo horario,
y peleando por los mismos cargos.
No seas pava, que no se note que tienes las regla,
que te cansa el embarazo, que te aburre la competencia.
Tú vales más que ellos.
Una vez en casa, que el ambiente sea dulce,
pero a la última, no te pierdas los suplementos de decoración.
Ni los de moda, ¡Atención al complemento!
Llega pronto para que tu hijo no esté desasistido,
y si no lo tienes, empieza a planteártelo.
Tienes que tener hijos, es tierno,
te completa como mujer:
vístelos monos, controla su formación y
que no sientan que les faltas.
Y ya que estás ahí, inventa en la cocina platos sorprendentes.
Cuida con la depilación, el tinte y las uñas.
Arréglate bien, frecuenta el gimnasio, y
a poder ser, cómete allí mismo un sandwich de lechuga o una manzana.
Guerra a las cremas baratas, pelea contra las arrugas
y, si es necesario, date una vuelta por el quirófano.
El tiempo no puede contigo.
Por la noche, o mejor al mediodía,
que tú eres la más caliente,
la más deshinibida, un buen polvo con el culo en pompa.
Déjale agotado, pero sobre todo,
disfruta como una bestia y que se note.
Y, si no tienes pareja, mejor, que sean tres o cuatro los amantes.
Ah, y lee, ve al cine, al teatro, no pierdas el paso en cultura.
Tú, eres tu aspecto, Tú eres tu trabajo,
Tú eres el ambiente de tu casa,
Tú eres el aspecto de tus hijos,
Tú eres lo que demuestras en la cama,
¿quién eres? ¿era esto, amiguita?


Artículo de Cristina Fallarás
de su columna The End
del periódico ADN